Dormir es nuestro mecanismo diario para recuperarnos y retomar fuerzas para seguir al otro día, sin embargo, debes cuidar que el espacio donde descanses sea óptimo, para que otros factores externos como los ruidos, alteren tu descanso. Al dormir bien mejoras tu memoria, tu creatividad y te ves mucho mejor.
Por eso, puedes elegir los blancos que hagan más cómodo tu ambiente y que se adapten a tus necesidades, por ejemplo:
ALMOHADAS: La almohada correcta puede ahorrarte problemas de cuello, espalda y hombros; brindándote la posición más cómoda para dormir. Debes considerar características como: densidad, altura o firmeza.
Si duermes de lado: busque una almohada que cubra el espacio exacto entre su hombro y su cabeza.
Si duermes boca arriba: una almohada de densidad media, que dé soporte a cervicales y cabeza.
Si duermes boca abajo: almohada delgada y suave para no ejercer presión sobre el cuello.
SÁBANAS: La función de las sábanas no es solo estética, cuando dormimos, necesitamos que nuestra piel esté en contacto con una textura a veces suave, a veces calientita y en otras ocasiones fresca.
Para elegir las mejores sábanas checa: cuenta y plegado de hilos, material textil y acabados de la tela. La cuenta de hilos nos habla de suavidad, es por esto que mientras más hilos tengan mejor sensación dan al tacto; mientras que el plegado se refiere a cuántas hebras están entrelazadas para formar un hilo.
Los materiales textiles, pueden ser orgánicos como el algodón que tiene la cualidad de ser fresco en verano o brindar una capa de aire cálido en invierno. Y también los hay sintéticos como el poliéster que es mucho más caliente que las fibras naturales.
Los acabados de la tela pueden cambiar por completo las texturas, como es el caso del satín, que tiene una superficie lustrosa muy suave. O el propio algodón que con su carisma puede hacer un acogedor juego de franela o bien sábanas de percal que son tan refrescantes y delicadas como la seda.
Fuente: Noticieros Televisa
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